Entre las posiciones de futbol de portero y la de delantero centro son dos de las que más han cambiado en los últimos años. Las necesidades del fútbol moderno, la progresión en la preparación física de los jugadores y el auge de los sistemas de juego en el fútbol han hecho que se necesiten guardametas capaces de sacar el balón controlado y también han creado la figura de un falso delantero centro que sirva para descolocar a la defensa. Casos como Ter Stegen en la portería del FC Barcelona o el tridente del Liverpool formado por Mané, Salah y Firmino (que no necesita un 9 referente haciendo las funciones de delantero centro) son ejemplos de peso que ilustran cómo ha evolucionado el deporte rey, dando paso a necesidades más allá de las típicas de los sistemas 4-4.2 y 4-3-3.

Sin embargo, la riqueza técnica en el fútbol pasa por la evolución de los cetrocampistas y en los últimos lustros hemos visto como los equipos que han triunfado lo han hecho apoyados por importantes transformaciones en la posición y las funciones de estos futbolistas que anteriormente eran llamados centrocampistas y que actualmente se dividen en distintas subcategorías atendiendo a características concretas.

Así que empezando por una mención -con fotografía incluída- del centrocampista español goleador en la final del Mundial 2010 (Andrés Iniesta) repasamos en este artículo de nuestro blog de apuestas de futbol y de otros deportes la transformación tan significativa de los futbolistas que ocupan esta posición en el campo.

Andrés Iniesta, centrocampista goleador en la Final del Mundial 2010 de Sudáfrica (AP Photo/Martin Meissner)
Aunque ya hemos citado a uno de los centrocampistas icónicos de la conocida como España del "tiki-taka", deberíamos remontarnos a un partido de la Liga de Campeones 2001/2002, donde los "Galácticos" del Real Madrid de Vicente del Bosque disputaron un partido para el recuerdo en el estadio Olímpico de Roma. En ese partido, los aficionados romanistas pudieron disfrutar de la clase de Figo, Zidane, Guti. Tres jugadores que en ese momento ocuparon posiciones en el centro del campo. Sin embargo, otros dos futbolistas consiguieron destacar más si cabe y demostraron que el mediocampo del equipo blanco estaba dominado desde unos metros más atrás: Esteban Cambiasso y Claude Makelele fueron los dos centrocampistas centrales del sistema 4-2-3-1 que el entrenador de Madrid había diseñado para permitir que las grandes estrellas en la delantera blanca pudieran brilla, al mismo tiempo que en el centro del campo se creaba un dominio insultante en el que además pudieran coexistier simultáneamente jugadores de tan distinto perfil como los que hemos señalado.

Gracias a ese dominio en el centro del campo, las posesiones de juego eran largas y los Blancos consiguieron esconder la pelota a los Giallorossi gracias principalmente al poder de recuperación de Makelele y Cambiasso además de dar control y verticalización en la fase de posesión, y un sentido táctico no siempre basado en la posesión.

En ese partido encontramos un ejemplo de equipo que nunca tuvo la necesidad de estirarse, pero que al mismo tiempo nunca se partió en dos, no solo porque siempre mantuvo el control de la pelota, sino también y sobre todo porque Esteban y Claude, sabían cuándo ir juntos, cuándo cubrirse el uno al otro y cómo crear una jaula dinámica moviéndose diez metros hacia adelante y diez metros hacia atrás, de lado a la derecha o izquierda, para mantener la línea defensiva conectada con los grandes atacantes de ese equipo.
 

El centrocampista como director de orquesta

Con el ejemplo de ese encuentro podemos ilustrar una certeza, y es que dos factores constituyen la naturaleza básica y global del mediocampista moderno. Por un lado, tenemos al centrocampista dominante desde un punto de vista técnico, el catalizador, el centralizador del juego, el hombre que con su dominio extraordinario de la pelota bajo presión y velocidad y su habilidad para anticipar sabe cuándo, cómo y qué hacer con la pelota. Un director de orquesta mucho menos "trabajador" en lo físico de lo que lo que eran centrocampistas de los años 70 y 80 pero con una visión mucho más amplia.

Los jugadores de fútbol de esta caregoría son capaces de constituir una fuente de sustento continuo para el desarrollo del juego ofensivo de su equipo: desde la construcción hasta el último pase, son capaces de impactar y decidir, y aunque no tengan la posesión son capaces de anticipar situaciones de desborde cuando haya una recuperación. Futbolistas que son capaces de comprender lo que está pasando y lo que puede pasar  antes que los demás.

Campeones del Mundo como Iniesta, Xavi, Pirlo o estrellas en sus equipos como Modric, Verratti o Pjanic expresan perfectamente los rasgos del perfil del mediocampista en cuestión, dominando a través de la genética del talento técnico y el pensamiento "diferente" del fútbol, ​​evolucionado y refinado, a lo que el carretera, pero a la cual, viceversa, los compañeros y entrenadores tienen el deber de confiar en el campo.

Y curiosamente a partir de cada estilo concreto según el país en el que jueguen, los citados futbolistas ven cómo actualmente se les busca heredero. En este sentido, desde que comenzó a destacar con el Brescia, muchos italianos señalan al joven Sandro Tonali como heredero de Andrea Pirlo y una de las promesas del fútbol en Italia. También actualmente se ve a Pjanic, el centrocampista de la Juventus actual como el sucesor de Rakitic en el Barcelona o de las leyendas del centro del campo de la Juve como Platini, Zidane o Del Piero.

Fotografía de Sandro Tonali, centrocampista organizador del Brescia (Serie A): fotografía propiedad de AP Photo/Andrew Medichini.

 

  • Centrocampistas físicos

El recuerdo del partido Roma - Real Madrid en el que hemos hablado del papel de Cambiasso y Makelele sirve para que estos dos futbolistas sean claros ejemplos de esta nueva fórmula de éxito para el centrcampista defensivo moderno: jugadores que son capaces de robar balones y crear la génesis de un fútbol ofensivo desde el robo en la zona media; pero sin olvidar que no solamente se necesita físico sino que estos jugadores no son ajenos de las cualidades técnicas ni de las cualidades del pensamiento táctico, que son decisivas.

Muchos entrenadores actuales argumentan que existe precisamente la clave decisiva para ganar los partidos: prevalecer estratégicamente sobre el oponente y ser capaz de anular sus puntos fuertes. Una doctrina que Simeone en el Atlético de Madrid o Mourinho en su etapa del Real Madrid llevaron al extremo. En ambos casos, futbolistas como Koke, Saul, Vitolo o Lemar en la plantilla actual de los colchoneros; o Khedira y Xavi Alonso (a veces acompañados incluso por Pepe) en los éxitos de Mourinho en su etapa blanca, son casos de este perfil de centrocampista.

Las características de estos jugadores son su talento a la hora de colocarse y por lo tanto, dificultan que los oponentes descifren en cada situación del juego que luego va a componer, además de cerrar espacios y recuperar balones.

Desde Yaya Toure hasta Patrick Vieira solo por nombrar dos ejemplos más son futbolistas de este tipo que conviene tener en el equipo y no en el contrario, porque serñan oponentes físicamente insuperables, sin posibilidad de poder prevalecer en la zona del medio campo, que es donde se ganan los partidos...

 

* Fotografía de Portada: el croata Luka Modric y el italiano Andrea Pirlo en la Euro 2012 de Polonia y Ucrania (AP Photo/Antonio Calanni)

 

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