La Scuderia Ferrari enfrenta una de las fases más desafiantes de su historia reciente en la Fórmula 1. Los problemas técnicos persistentes, los retiros dobles en carreras clave y la presión sobre sus dos estrellas, Charles Leclerc y Lewis Hamilton, marcan una crisis de identidad y rendimiento que ha encendido las alarmas en Maranello. Este artículo examina la situación actual del equipo desde varias perspectivas clave para aficionados al deporte y las apuestas, combinando análisis con datos de actualidad.

¿Qué le pasa a Ferrari?

Ferrari arrastra dificultades estructurales que van más allá de errores puntuales. Las fallas del SF-25, relacionadas con la gestión del piso, la presión de los neumáticos y la pérdida de carga aerodinámica en curvas rápidas, han comprometido la estabilidad del monoplaza desde el invierno. Aunque introdujeron una suspensión trasera revisada en Bélgica, los resultados no son consistentes y la fiabilidad sigue siendo una incógnita. Esta realidad técnica explica, en parte, los pobres viernes de entrenamientos y los atropellos en clasificación y carrera, especialmente en trazados exigentes como Zandvoort. La continuidad de estas fallas amenaza con colocar al equipo a merced de sus rivales incluso en frentes teóricamente favorables.

Scuderia Ferrari

La legendaria Scuderia Ferrari, emblema de la F1 desde sus orígenes, vive hoy un día a día turbulento. Como institución, permanece intacta en su legado histórico, pero internamente sufre tensiones. Las expectativas depositadas en Hamilton y Leclerc han elevado la exigencia, mientras la integración del primero y la fidelidad del segundo coexisten con incertidumbres estratégicas. Las decisiones recientes, como la renovación de Leclerc y la llegada de Hamilton, buscaban revitalizar al equipo, pero han añadido presión sobre una estructura que aún no ha logrado ofrecer un coche competitivo. El legado no basta para sostener la competitividad si no viene acompañado de soluciones profundas.

Ferrari F1

El monoplaza SF-25, presentado en Londres a mediados de febrero, llegaba con esperanzas de rescate tras la salida de Sainz y la llegada de Hamilton. Sin embargo, el rendimiento apenas mejora: ninguna victoria ni pole position en lo que va de temporada, mientras que rivales como Red Bull y McLaren acumulan éxitos. En constructores, la Scuderia está rezagada, con una brecha considerable frente a McLaren. El coche ha demostrado momentos aislados de potencia, pero sufre especialmente en la consistencia: si este invierno se basó en cambios aerodinámicos y estructurales, el resultado ha sido un paquete inestable que impide consolidar ritmo de carrera.

Pilotos Ferrari 2025

La dupla del año combina juventud y veteranía: Charles Leclerc sigue siendo el alma competitiva del equipo, con podios e intensidad, mientras que Lewis Hamilton vive una adaptación difícil. 

Tras su histórica llegada desde Mercedes, Hamilton aún no ha alcanzado un podio en carrera normal y ha acumulado retiros y penalizaciones. Leclerc se mantiene firme a pesar de no haber demostrado ser mejor que Carlos Sainz Jr, pero su rendimiento no ha sido suficiente para compensar las carencias del coche. La gestión de ambos pilotos en una campaña tan tensa y técnica es un reto ejecutivo cuya resolución se vislumbra lejana si no mejora el coche.

Crisis Ferrari

La crisis es real y multifacética. La doble retirada en Zandvoort golpeó duro la moral del equipo, mostrando vulnerabilidad en situaciones imprevistas. Las declaraciones del entorno hablan de desánimo, tensiones internas y necesidad urgente de soluciones técnicas. Sin cambios significativos en el coche, la segunda parte de la temporada quedó hipotecada. Aunque se vislumbran mejoras, el margen para corregir está estrecho, y el calendario avanza mientras rivales abordan con determinación sus actualizaciones aerodinámicas. Ferrari entra en un tramo decisivo con el respaldo de su historia, pero sin margen para confiar en el prestigio.

Hamilton Ferrari

El fichaje de Hamilton fue el gran movimiento del año: un símbolo de ambición. Sin embargo, su estrella no ha brillado como se esperaba. El inglés expresa emociones intensas en Monza, su Gran Premio más importante, aunque reconoce la dureza de adaptarse a un monoplaza que no coincide con su estilo ni con la maquinaria hiperorganizada de Mercedes de la que provenía. Sus retiros, penalizaciones y dificultades al volante reflejan un desajuste técnico y humano. A pesar de eso, sigue mostrando motivación, aunque su lenguaje corporal y los comentarios sobre la operativa del equipo reflejan desgaste. El drama de su llegada se vuelve un espejo del dilema más amplio: ¿puede Ferrari ofrecerle el entorno adecuado para aspirar al título?

Tras todo lo expuesto, queda claro que Ferrari camina por una delgada línea entre gloria y debacle. El SF-25 no ha respondido como se esperaba, incluso después de mejoras técnicas, y las tensiones crecen a medida que avances en la temporada no llegan. 

Leclerc resiste como líder nato, pero Hamilton enfrenta dudas crecientes sobre si podrá revivir su rendimiento en rojo. La crisis persiste desde lo técnico, pasando por lo competitivo y llegando a lo emocional. El tifosi espera, pero el reloj no se detiene. En las próximas carreras, Ferrari debe demostrar que puede convertir recursos, talento y legado en resultados tangibles, o quedar atrapada en una temporada que será recordada por frustraciones más que por victorias.

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