Los momentos finales más memorables de la Champions League

Cada temporada, la Champions League nos trae algunos de los partidos más entretenidos del fútbol mundial, ya que los clubes europeos más grandes se enfrentan por alcanzar la gloria continental. Así que aunque no hagamos pronosticos champions en esos partidos, la emoción está garantizada en todo caso por la calidad e igualdad entre los contendientes que suelen llegar a las últimas rondas de esta competición.

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Ser coronado campeón de Europa no es una tarea fácil, dada la calidad de todos los equipos y jugadores que compiten para levantar el famoso trofeo.

Desde las rondas de clasificación y durante toda la fase de grupos, seguidos de cada vez más emocionantes encuentros a medida que la tensión se intensifica durante la fase de eliminatorias, la emoción y la pasión de cada partido hacen de la Liga de Campeones uno de los eventos de apuestas deportivas más populares.

Los partidos se pueden ganar o perder en un instante, y cuando la gloria está en juego, este instante puede marcar la diferencia en la batalla final, que llevará a uno de los equipos a ser coronado como los campeones de Europa. Aunque elegir los momentos más memorables de una historia tan rica de finales es tremendamente difícil, en este artículo se presentan tres partidos disputados en las últimas dos décadas que se decidieron en momentos clave de inspiración y grandeza.

 

  • Manchester United 2 - Bayern de Múnich 1

Si alguna vez existió un encuentro destacado por tratarse de un partido de fútbol que no iba a quedar sentenciado hasta el último minuto, este enfrentamiento final de la Champions League de 1999 entre el Manchester United y el Bayern de Múnich es uno de los mejores ejemplos. Mario Basler dio a los gigantes bávaros una ventaja temprana y, en honor a la verdad, dominaron la mayor parte del partido y deberían haber aumentado dicha ventaja en numerosas ocasiones. Sin embargo, el equipo dirigido por Sir Alex Ferguson nunca tiró la toalla, y con las apuestas en vivo a su favor, habrían sido una excelente opción en el partido como equipo que remontaría.

La leyenda alemana Lothar Matthäus era todo sonrisas cuando se sentó en el banquillo, sustituido cerca del final del partido. La Champions League era el único gran campeonato que el capitán del Bayern de Múnich no había ganado, y estuvo a pocos minutos de levantar el trofeo cuando el icónico árbitro italiano Pierluigi Colina consultó su reloj cerca del minuto 90 para añadir solo tres minutos de tiempo de descuento. Nadie podría haber predicho lo que iba a ocurrir a continuación.

El United ganó un saque de esquina e incluso Peter Schmeichel, el gigante portero danés, se dirigió al área rival. David Beckham lanzó el saque, Samuel Kuffour arañó el despeje y, cuando Ryan Giggs lanzó el balón hacia el área, Teddy Sheringham estuvo allí para meter el gol del empate. Aparentemente destinados a la prórroga, los Diablos Rojos ganaron otro saque de esquina en los últimos segundos. Beckham sirvió el balón nuevamente, Sheringham peinó un remate de cabeza y Ole Gunnar Solskjaer tendió la bota para colocar el balón en la parte posterior de la red. En tres momentos notables, el Manchester United logró arrancar la victoria de la Champions League de las fauces de la derrota.

 

  • Liverpool 3 - AC Milan 3

Aunque no han faltado finales memorables en la Champions League, si la adrenalina pura y la emoción que te corta la respiración son consideradas factores clave, además de aquellos momentos de inspiración decisivos, el encuentro entre el Liverpool y el AC Milan que se disputó en 2005 en Estambul tuvo todo esto y mucho más.

Considerado el mejor y más famoso lateral izquierdo de todos los tiempos, cuando Paolo Maldini inauguró el marcador en el primer minuto de partido, parecía que el destino favorecía al equipo italiano. Cuando Hernán Crespo amplió la ventaja a 3-0 con dos rápidos tiros que acabaron en sendos goles justo antes de finalizar la primera mitad, parecía que el trabajo estaba hecho y que el Milan sería el equipo que celebraría la victoria después del pitido final.

Una cosa con la que Maldini y compañía probablemente no contaban, o aquellos que seguían las cuotas de apuestas de fútbol durante el partido, era que incluso con tres goles en contra, el Liverpool no se rendiría ni consideraría el partido una causa perdida. Rafa Benítez cambió la estrategia durante el descanso, adaptándose tácticamente y empujando a Steven Gerrard a adoptar un papel más avanzado en el mediocampo.

A continuación, el capitán de los Reds realizó una de las exhibiciones más icónicas de su carrera, lo que provocó una remontada espectacular para su equipo. Demostrando que un momento de inspiración puede cambiar la dinámica de un partido, Gerrard lideró a su equipo con un gol de cabeza en el minuto 56 que restauró la confianza entre sus compañeros. Ese momento fue clave para el Liverpool, con un tiro bajo de Vladimir Smicer que redujo la desventaja con otro gol solo dos minutos después.

Transcurrida una hora de partido, Gerrard fue derribado dentro del área y obtuvo un penalti a su favor, que Xabi Alonso convirtió con éxito en gol desde el punto de penalti para completar seis momentos de absoluta locura. Ninguno de los dos equipos pudo convertirse en el ganador decisivo en el tiempo reglamentario, o en los 30 minutos adicionales de la prórroga, con un agotamiento absoluto y evidente por el esfuerzo demostrado por ambos equipos de jugadores. Inevitablemente, fue la lotería de penaltis la que tendría que decidir el resultado.

El Liverpool emergió como el equipo vencedor y el portero polaco Jerzy Dudek resultó heroico entre los postes, aunque no habría llegado tan lejos si no fuera porque Gerrard volvió a encender la llama de la motivación para su equipo.

 

  • Real Madrid 4 -  Atlético de Madrid 1

Durante gran parte de la última década, los equipos españoles han sido la fuerza dominante en la Champions League, y el Real Madrid en particular a menudo se encuentra en la lista de las casas de apuestas como el favorito para levantar el trofeo cada temporada. Después de todo, es el club con el récord de más éxitos alcanzados en la competición de los últimos años, y en 2014, tuvo la oportunidad de levantar el trofeo por décima vez, un hecho sin precedentes. Sin embargo, 2014 también fue un año espectacular para sus rivales madrileños.

El Atlético de Madrid ya había logrado acabar con el duopolio del Real Madrid y el Barcelona en La Liga Santander, superando a ambos por el título de liga. El entrenador argentino Diego Simeone y su equipo físicamente poderoso buscaban en aquel momento ganar el mayor premio del fútbol europeo. 

Por ser la primera final de la Champions League en enfrentar a dos equipos de una misma ciudad, parecía que la mitad de la población de la capital española había hecho el viaje no demasiado largo hacia Portugal y se había desplazado al Estadio da Luz de Lisboa. Incluso miles de aficionados sin entradas se presentaron allí, siguiendo el partido en pantallas gigantes fuera del estadio, solo para experimentar la mágica atmósfera que se respiraba.

A pesar del temprano revés de Diego Costa, que acabó cojeando por lesión solo momentos después de iniciarse el partido, el Atlético mantuvo su valor, buscando aprovechar las oportunidades de las jugadas a balón parado. De tales ocasiones, Diego Godín dirigió al equipo hacia el liderato en el partido antes de que acabara la primera parte. Resistiendo las oleadas y oleadas de ataques del Real Madrid (liderados en la segunda parte por Cristiano Ronaldo y Gareth Bale), llegó el momento de descuento y la gloria parecía cierta. Se acabó el tiempo cuando el Real Madrid ganó un saque de esquina, donde el capitán Sergio Ramos se creció para marcar un gol y llevar al partido a la prórroga, salvando por los pelos a su equipo en el momento justo.

El Atlético acabó completamente machacado y durante la prórroga se desmoronaron. Bale, Marcelo y Ronaldo efectuaron los tres goles que ganaron el trofeo para el Madrid en esos 30 minutos extra, pero Ramos fue sin duda el héroe del partido.

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